lunes, 19 de octubre de 2009

¡SANTOS CÁNTAROS DESDICHADOS BATMAN!

Hace un par de meses me topé con un frase del "Talmud Judío" que llamó mi atención y me hizo reflexionar sobre la manera en que puedo interpretarla desde mi experiencia de vida. Para ello, no seguiré un patrón investigativo u homilético y creo que tampoco es deconstructivo, no sé, tal vez solo sea un intento de ensayo existencialista que evidencia un deshago psicológico y post-traumático...jajaja. El texto dice: "Si la piedra cae sobre el cántaro, desdichado cántaro; si el cántaro cae sobre la piedra, desdichado cántaro; de cualquier manera es siempre el cántaro quien sufre". En los últimos meses he vivido un tiempo de "crisis", en el que no solo he venido batallando fisicamente, sino también mis emociones y pensamientos han experimentado cambios que hicieron identificarme con el "desdichado cántaro" que se menciona. Pero si yo soy el "cántaro" ¿Qué o quién podría ser la "piedra"? Varias opciones me vinieron a la mente, pero la que prevaleció por la manera que afecta mis relaciones con todo lo que me rodea, fue la de la Religión, entendiéndola como la forma dogmática y cerrada de concebir a Dios y nuestra relación con él.


"Si la piedra cae sobre el cántaro, desdichado cántaro...". Alguien dijo que el hombre tiene el "semen religionis" y por tanto nace como un "animal religioso". Pero no sé hasta que punto sea cierto. Creo que el hombre nace con una tendencia a buscar Algo o Alguien que esté más allá de todo lo creado para que le brinde sentido a su existencia, pero no creo que ese Alguien sea la Religión. Sin embargo, al ser ella la que sustenta el monopolio del conocimiento de ese Alguien, llega a usurpar su lugar irrumpiendo en la vida del hombre como una piedra que se lanza desde la azotea y descalabra el cántaro de nuestras vidas. Es curioso como uno de los Evangelios  cita de labios de Jesús las siguientes palabras: "En cuanto a la piedra, cualquiera que caiga sobre ella quedará hecho pedazos; y si la piedra cae sobre alguien, lo hará polvo" * Pero en contra de la interpretación tradicional, que identifica a la piedra con la persona de Cristo, quiero entender que este símbolo se refiere al concepto equivocado que la gente religiosa puede tener de Jesús. Tal vez por ello la siguiente parte del texto dice: "Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos (religiosos) oyeron las parábolas de Jesús, se dieron cuenta de que hablaba de ellos" ** Estos hombres se equivocaron respecto a Jesús porque en el fondo su idea de Dios era muy dogmática, pues solo podían concebirlo como otros les habían enseñado. En este punto me cuestiono ¿Realmente creo todo lo que la religión me ha enseñado acerca de ese Alguien? ¿Puede existir otra forma de concebir a Dios aunque discrepe de las ideas tradicionales? ¿O será que el ir contracorriente asegurará la descalabrada del "desdichado cántaro"?


"...si el cántaro cae sobre la piedra, desdichado cántaro..." Sin embargo, no es necesario que al hombre le sea impuesta la religión, pues mayormente es uno mismo quien se arroja sobre ella en busca de una alternativa de vida, sin contar que la religión despedaza al que se topa con ella. Creo que este es uno de los marcos desde el que podemos entender la vida de varios personajes que le han confrontado a través de los tiempos. Jesús de Nazaret, un carpintero de Galilea que enseñaba un estilo de vida alternativo, cuando se enfrentó a la religión, no solo esta le llevó a la muerte, sino se encargó de que sus sueños utópicos se volvieran una realidad opresiva, sus exhortaciones se volvieran dogmas y las buenas nuevas se transformaran en nuevas no tan buenas, pero sí a la fuerza. La Religión también descalabró a Albert Schweitzer al excluirlo de gran parte del Cristianismo por su nueva forma de ver a Jesús; aunque posteriormente fue valorado por el "mundo secular" distinguiéndolo con el premio Nobel de la Paz. La Religión quebrantó al brasileño Rubem Alves al hacerlo huir de su país como un prófugo, todo porque sus líderes eclesiásticos lo acusaron de agitador ante un gobierno a punto de experimentar una revolución; aunque  hoy en día la sociedad brasileña le reconoce como uno de sus grandes intelectuales. La vida de todos ellos nos enseñan que no podemos intentar cambiar un pensamiento religioso sin antes reconocer que el trancazo va a estar duro y que también nos pueden romper nuestro cántaro...



"...de cualquier manera siempre es el cántaro quien sufre". Tal vez la soledad sea el rival más fuerte a vencer, pues ella nos hace sentir desdichados. Un desdichado es un "desgraciado" (no me culpe a mi por el significado, pues eso dice la RAE), y un des-graciado es aquél que no tiene gracia y, al ser entendida la gracia como el favor o la aceptación de Dios, podría decirse que un desdichado es alguien que se siente desaprobado por Dios; alguien que no puede sentir la aceptación divina, sino la incomprensión, la condena, el juicio, y hasta la ira omnipotente. Creo que este proceso lo hemos experimentado muchos de nosotros, aunque cada uno de forma diferente. Sin embargo, todos tenemos en común que nuestra concepción de Dios se ve confrontada, y al menos en mi caso, eso provocó una crisis de fe. Pero no me malentiendas, no hablo de una pérdida de fe, sino del paso a una nueva perspectiva de fe que provoca que las ideas religiosas que traemos en nuestra mente se levanten emitiendo juicios condenatorios contra nosotros mismos. Así pues, el principal rocazo religioso no solo viene desde arriba, ¡sino desde adentro!... "¡santas pedradas Batman!", diría el jovencito del duo dinámico. Es como pelear contra Dios mismo, o mejor dicho, contra el dios que traemos injertado por la Religión y del cual tenemos que desprendernos para experimentar una libertad renovadora con el Dios que no puede ser contenido en fórmulas y credos. ¿Pero acaso el cántaro está predestinado a romperse? Yo digo que sí, aunque no soy presbiteriano...jajaja. Pero no lo digo en un sentido puramente teológico, sino por mero sentido común. Todo cántaro que choca con la Religión está condenado a romperse, simple y sencillamente porque la piedra es  tosca y dura, y el cántaro es simple barro. El barro no fue fabricado para estrellarse contra las rocas, fue diseñado para almacenar agua o vino, como en los tiempos bíblicos. Y creo es ahí donde podemos entender que el cántaro debe evitar tener como fin el estrellarse contra las piedras y mejor dedicarse a ser llenado de agua y vino, que desde mi perspectiva son una buena imagen de Dios. El agua del mar no va a romper el cántaro, siempre y cuando este no pretenda meter todo el océano en su pequeño espacio. Pero si el cántaro reconoce su limitante y se llena en su justa medida de Dios, no tiene porque romperse. A diferencia de la piedra, el cántaro no puede sostener que es fuerte o que tiene todo el poder y el conocimiento de Dios. El cántaro simple y sencillamente reconoce que tiene una parte de Dios y esa parte le llena bien y  le sirve incluso para dar de beber a los demás. Sería bueno reconocer que lo que tenemos y concebimos de Dios, solo es una pequeña parte de lo que Él puede ser. En esa medida podemos aprender a no sentirnos unos des-graciados, sino personas aceptadas por un Dios que nos llena sin rompernos; un Dios que no se impone desde afuera, sino que nos llena desde adentro; un Dios que reconoce que somos cántaros frágiles y que por lo tanto no abusa de ello; y sobretodo, un Dios que no hace al "cántaro desdichado", sino "bienaventurado", tal como lo hizo con Jesús, Schweitzer, Alves y como espero que haga conmigo y contigo. 

Mi moraleja final: No busques siempre chocar contra las piedras, con mojarlas es evidencia suficiente para mostrar que estaban secas.

Semper apud Deus


*Mateo 21:44
**Mateo 21:45